
Supongamos que te habías quedado solo en el bar. Tus amigos consiguieron levantarse a alguna mina o se fueron a dormir y vos estás ahí, parado, con el codo apoyado sobre la barra, como siempre, tomando el tercer whisky y decidido a romper con tus tres meses de sequía sexual. Entonces, hacés un paneo visual por las mesas y la pista como para elegir tu próxima presa. Supongamos que estás optimista y decidís ir en busca de la rubia de cara bonita y baile sensual. Sabes que es demasiada belleza para vos pero todavía es temprano, así que está bien que intentes el milagro. Agarrás tu inseparable vaso y te dirigís directo hacia ella. Vas esquivando los manotazos de gente poseída por el baile y el alcohol que amenazan con derramar tu whisky y, a fuerza de empujones, llegás hasta donde está la rubia. Se te ocurre que para caerle simpático, lo mejor que podes hacer es bailar girando en círculos, como si ella fuese la tierra y vos el sol rotando, incorporando el paso del ñandú. No funciona. La…

Me imagino que se habrá enterado cómo metió la pata mi hijo el otro día… ¿No? ¿En serio no sabe nada? Le cuento… Resulta que mi hijo estaba saliendo con la hija de Norma, ¿la conoce? No, esa no, la menor digo yo, la que se llama Josefina… Sí, ya sé, no ponga esa cara. Yo le dije: “¡Estás loco, es muy chica para vos!” Porque Martincito cumple treinta y dos este año y esta chica recién cumplió los veinte años. Le dije que tendría que conseguirse una chica de su edad para pensar en una familia, pero me después callé porque Martincito se enoja cuando le hago estos planteos y me deja hablando sola, como hacía su padre, que Dios lo tenga en la gloria, eso lo heredó de él. La cuestión es que fue esta chica, Josefina, la que lo buscó a mi Maritncito. Le mandaba mensajes casi todas las noches al celular, mire usted qué atrevimiento. Lo que pasa es que las chicas de ahora son así, cuando les gusta algún hombre van y lo buscan ellas,…